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¿Eres consciente de todo lo que está pasando a tu alrededor mientras lees? El nivel de atención es disperso, tu atención está en todo pero no está en nada, estás cansado, hay carros y motos circulando, un conductor furioso usa el pito insistentemente, no dejas de pensar en facturas, el cuerpo está tenso, te llegan mensajes por Whatsapp del trabajo, tu pareja te llama por cuarta vez, las alertas de tu celular son muchas y no dejas de pensar en facturas ni de rogar porque llegue el fin de semana. Demasiado afán para procesar y, para colmo, esta es apenas una parte.

Como si fuera poco, al tiempo que te ocupas de tu trabajo, tus responsabilidades familiares y de tu vida social, tu cuerpo debe encargarse de mantenerte vivo. Cuando estás sano te mueves libremente sin que la fuerza de gravedad te incomode, respiras sin problemas y tu sangre circula continuamente, pero cuando te enfermas echas de menos todo eso que dabas por sentado. La gripa te obliga a visitar al médico o el dolor te amarra a la cama, y te preguntas qué hiciste mal o qué pudiste haber hecho de un modo distinto para no sentirte así. Las respuestas son sencillas. Situaciones como éstas son evitables si aprendes a escuchar lo que necesitas y a volver a ti cuando todavía estás a tiempo.

El cuerpo humano es maravilloso. Puede auto-regenerarse, curar heridas y equilibrar sus niveles en condiciones ideales, el problema está en que esas condiciones ideales son cada vez más escasas en el modo de vida actual, sin embargo no todo está perdido. Hay varias opciones que puedes poner en práctica para cuidar y mantener tu salud. Esta vez te sugerimos tres:

1. Aprende a valorar el silencio y la tranquilidad:

¿Realmente necesitas oír todos los ruiditos que hace tu celular? Quítale el sonido a las teclas, elimina las notificaciones innecesarias, incluidas las visuales, toma fotos sin el ruido falso que imita a una cámara fotográfica, resiste las ansias de llenar el tiempo muerto manteniendo conversaciones vacías ¡Observa! A tu alrededor pasan muchas cosas pero rara vez las registras. Tu perro te bate la cola para que juegues con él, tu hijo te muestra esa flor amarilla que para ti ya es paisaje y tu pareja sigue usando el perfume que te cautivó cuando le conociste. La vida está llena de plenitud, una plenitud que ya no aprecias, que das por hecho, una cualidad que echarías de menos si alguien o algo te la quitara.

2. Préstale atención a las señales de alarma que te da tu cuerpo:

Un dolor de cabeza, de espalda o el deseo intenso de querer bajarte del mundo son señales que deben ser escuchadas. Lo que en un principio es un síntoma con el tiempo puede convertirse en una enfermedad crónica, tratable pero también incurable, de ahí la importancia de no acallarlas con medicamentos de venta libre, remedios caseros o alcohol. El trabajo es bueno, y todos debemos a diario trabajar, pero el tema es de balance. Si tus metas implican una gran cantidad de trabajo, es necesario que busques una gran cantidad de espacios de dispersión. Si sientes que tus músculos están tensos estírate, pídele a alguien que te dé un masaje o haz pausas activas. Respira con gusto y profundamente para oxigenar tu cuerpo.

3. Practica una técnica de relajación:

El deporte y los hobbies son una gran fuente de tranquilidad y momento personal. Una sencilla caminata al día en un parque cercano a tu trabajo (sin audifonos ni celular) puede hacer la diferencia. La meditación trascendental, el yoga y otras prácticas similares se han puesto de moda de un tiempo para acá, no solamente porque a la gente le guste acercarse a disciplinas exóticas sino porque funcionan. Cada vez es más fácil encontrar estudios científicos que avalan la efectividad de técnicas de relajación para reducir la presión arterial, el dolor crónico y el estrés, en general, sin usar medicamentos. Opciones para adoptar recurrentemente como el arte, el deporte, la meditación y el uso de tanques de flotación tienen efectos comprobados que van a recargar tu mente y cuerpo sin duda alguna.

Más importante que la alternativa que elijas para darle un respiro a la cabeza, es que recuerdes que la salud es básica para tener una vida plena, y para ello debes aprender a tener tiempo para ti. Si no la cuidas tú nadie lo hará por ti.

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