Testimonios

De las primeras personas a las que recibimos en Gravedad Cero fue una mujer  joven que venía a acompañar a su hermana, a quien le había dado el regalo. Hoy en día son amigas nuestras y flotantes recurrentes. En su vida cotidiana es abogada, por lo que tiene que proyectar una imagen seria y responsable, sin embargo recuerdo muy bien su expresión al salir del cuarto, boca abierta de la impresión “¡Esto es mejor que comerse un trip! ¡No lo puedo creer! ”, refiriéndose a una dosis de LSD. Esto me causó mucha gracia pues explicaba como la sensación de extracorporalidad se sentía tan similar. Cada quien es libre de elegir cómo divertirse y con qué, y ella, que ha tenido experiencias con este ácido, pudo comparar sus viajes psicodélicos con los efectos de flotar en uno de nuestros tanques. Está claro que el flote superó sus expectativas.

El estrés es una causa de molestias físicas y una de las razones por las que las personas optan por la privación sensorial. Este es parte del testimonio de uno de nuestros clientes más asiduos, quien sobrecargado del trabajo venía su primera vez a probar algo distinto pues nada le quitaba ese gran peso de encima: “Llegué con mucho dolor en el cuello, la espalda y los hombros, estaba como tensionado y solía tomar medicamentos pero no tenían gran efecto. Para él flotar ha sido su equilibrio: ¡Toda la tensión se fue!, ¡esto es increíble! No siento nada de dolor y al entrar estaba hecho añicos”. No se imagina uno la cara de dicha con la que salió. Era una persona distinta de la que recibimos.

La salud es ese tesoro que muchos sólo agradecen cuando lo recuperan después de sufrir una enfermedad. Sabemos bien de lo que hablamos porque todo el tiempo nos visitan personas que buscan alivio para los síntomas que padecen. Una mujer que experimentaba migrañas frecuentes fue la segunda clienta nuestra, por allá en el 2014 que vino a flotar y teniendo en cuenta su condición le ayudamos con unos ejercicios de visualización para interiorizar en el tanque y controlar el dolor. Al siguiente día la llamamos para saber si la experiencia había tenido algún efecto en sus dolores, y lo que nos contó fue un poco decepcionante pues al siguiente día tuvo otro ataque de migraña. Un mes después recibimos una llamada, era ella de nuevo: “ Llamaba a saludarlos y darles las gracias. Preciso al otro día que fui a flotar me dio una migraña muy fuerte pero no fue como las demás, al recordar el ejercicio lo puse en práctica hasta quedarme dormida esa tarde. Llevo un mes y no me ha vuelto a dolre la cabeza, quiero volver. Hacer la técnica de visualización que me enseñaron y la relajación que tuve adentro del tanque me sirvieron muchísimo. Gracias, de verdad, ya se me había olvidado cómo era vivir sin estar pensando cuándo iban a aparecer las picadas y las luces otra vez.” No hay cosa más gratificante para nosotros que poder aportarle a alguien que sufre tanto.

Entre nuestras experiencias exitosas también está la de un cliente que recuperó la calidad de su descanso después de flotar varias veces en un primer mes: “Qué increíble es esto. Allá adentro supe exactamente cuándo se iba a acabar el tiempo. Estaba tan tranquilo que cuando sonó la música no me asusté ni nada. La estaba esperando.” La acentuación de la percepción del tiempo no fue el único efecto llamativo para esta persona. En una de sus visitas posteriores nos contó que al otro día de su primer flote durmió tan bien y con tanta profundidad que no oyó la alarma del despertador. “Llevaba como dos semanas durmiendo mal. Esto me mejoró el sueño, por eso volví”