Bien lo dijo el astrofísico Neil deGrasse: no es que el universo esté allá y nosotros acá; nosotros estamos en el universo como el universo está dentro de nosotros. Y si has flotado antes probablemente lo has sentido.
Quien recuerde la sensación en el vientre materno, quien haya experimentado situaciones místicas o situaciones de inmenso placer, probablemente ha vivido esta sensación que Sigmund Freud describió como "completitud oceánica" o "sentimiento oceánico". Este estado de "sentimiento oceánico" es caracterizado por la sensación de ser uno con el todo.
Freud lo definió como una sensación de totalidad en el que no existen barreras, donde se siente la pertenencia al universo entero: Una sensación de eternidad, completitud e inmensidad sin límites. Una sensación donde no hace falta absolutamente nada y se está conectado con el todo.
Es lógico pensar que fuera una sensación del diario vivir, teniendo en cuenta que estamos conectados con el universo partiendo del átomo, que como funciona el universo a nivel macro, galáctico y universal, trabaja a nivel micro y molecular. Que tal como interactúan y se forman las neuronas en el cerebro, interactúan millones de galaxias en el espacio.
Se dice que el ser humano pasa el resto de su vida buscando este sentimiento vivido en el vientre de su madre. Encontrarse con él es definitivamente maravilloso. Nunca olvides que todos estamos conectados con lo que nos rodea a nivel energético, químico y atómico. Entenderlo, y más allá, sentirlo, puede cambiar tu vida y la forma en que interactúas con tu entorno. Es una hermosa enseñanza de humildad. Hasta pronto y ¡buen flote!
Centro de flotación y desempeño humano